Como todos sabemos, la vida es posible porque el Sol (astro rey de la vía láctea) emite energía y al llegar a la tierra desencadena todos los procesos vitales esenciales para que se produzca. Y a lo largo de la historia el ser humano, a necesitado el consumo de energía para poder existir, desarrollarse y evolucionar de forma constante. El uso de fuentes energéticas tales como las hogueras en la prehistoria, el carbón en la Revolución Industrial (S. XIX) y desde el S. XX el petróleo, ha sido y es esencial para las personas.
Como también sabemos, el petróleo, combustible de origen fósil, no solo es fuente de energía, sino que también nos produce una innumerable cantidad de elementos de uso cotidiano, así como los plásticos (sustancias químicas para su obtención), hidrogeno, azufre, coque (carbón para fabricación de acero y aluminio, fibra de carbono y grafito), keroseno, gasolina, gasoil, bencina (diluyente para ceras, betún y productos de limpieza), gases, aceites, asfalto, telas sintéticas, cauchos, gomas, látex, vaselinas, etc..
Obviamente, el petróleo no es, hoy día, la única fuente energética, al convivir con otras como el carbón, el gas natural, la energía nuclear o las energías renovables, como son la energía eólica, la hidráulica, la solar, la biomasa, la geotermia, etc., cuyo papel en el suministro global de energía es creciente.
El ser humano tiene una dependencia de mas del 80% en los combustibles fósiles, que son los principales causantes del efecto invernadero y, en consecuencia, del cambio climático.
Las previsibles consecuencias del cambio climático hacen necesario adoptar medidas que reduzcan significativamente dichas emisiones, mediante una política energética que combine la necesaria reducción de emisiones con el abastecimiento de energía renovable y suficiente para las generaciones actuales y futuras.
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El Protocolo de Kiotoque finaliza en el 2020: fue un acuerdo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global: el dióxido de carbono (CO₂), el metano (CH₄), el óxido nitroso (N₂O), los hidrofluorocarbonos (HFC), los perfluorocarbonos (PFC) y el hexafluoruro de azufre (SF₆). -
El Acuerdo de Paris: establece medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero a través de la mitigación, adaptación y resiliencia de los ecosistemas a efectos del Calentamiento Global, su aplicabilidad sería para el año 2020, cuando finaliza la vigencia del Protocolo de Kioto -
Agenda 2030sobre el desarrollo sostenible: Este documento recoge los objetivos globales aprobados por la ONU para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos. 17 objetivos con 169 metas especificas a alcanzar en 15 años (firmado e6 25 de septiembre del 2015)
Para que todo llegue a su ejecución estamos todos implicados: los gobiernos, las administraciones, el sector privado y por supuesto las personas.
Si queremos un futuro para nuestro planeta tierra, y queremos que las generaciones futuras tengan un lugar limpio, verde, sostenible, y con la energía necesaria para que la vida siga su curso, debemos tomar estos compromisos, pero no solo estos compromisos, sino que también los futuros.
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