Huella de carbono: aprende a calcular tu impacto ambiental

¿Cuál es nuestro impacto en el mundo? ¿Puede medirse la huella de carbono? ¿Es posible saber cómo de dañina (o no) es nuestra contribución?

Realmente la respuesta a todas estas preguntas es mucho más compleja de lo que se pueda resumir en un post. Además, es muy amplia y abarca conceptos, pero la ciencia ha intentado dar una pequeñita aproximación teniendo en cuenta un factor, el más importante, que es la producción de gases de efecto invernadero (GEI), casi siempre, CO2.

Conocer nuestra huella de carbono, es conocer el volumen total de esos gases que producimos nosotros, una actividad en concreto, una empresa o la producción de un producto. Es una excelente medida para saber cuánto y cómo afecta al cambio climático una determinada acción o elemento.

¿Qué es la huella de carbono?

Se trata de la forma que tenemos de cuantificar el impacto, un medidor de cuánto estamos afectando al cambio climático; nosotros, una actividad o un proceso.

Se trata de cuantificar el total de emisiones de GEI producidas de forma directa o indirecta por personas, organizaciones, países, etc., en términos de CO2 equivalentes. Una herramienta para conocer qué se está haciendo, cuál es la situación y qué productos contribuyen al cambio climático para que podamos evitarlos.

Se mide en masa de CO2 equivalente (CO2e o CO2eq) ya que el CO2 es el gas más abundante de GEI y conociendo la cantidad de éste, puede estimarse la de los demás.

¿Cómo se calcula la huella de carbono?

Existen muchas herramientas para el cálculo de huella de carbono.

En cualquier caso, como hemos comentado, no hay una única forma de medir la huella de carbono, hay diferentes enfoques según lo que estemos mirando para acercarnos lo máximo posible durante el cálculo. Esos enfoques están estandarizados internacionalmente y son los siguientes: 

• Corporativo: Es el enfoque utilizado para medir la huella de carbono de una empresa. Durante un año, se toman medidas de emisiones y se hacen informes al respecto para conocer el desempeño de la compañía en cuanto a cambio climático se refiere. De este modo las empresas pueden mejorar y aprovechar mejor sus recursos.
• Ciclo de vida de un producto o servicio: Así se miden los GEI que emiten los productos, teniendo en cuenta toda su cadena de valor, desde su diseño, fabricación, uso y posterior desechado. En Europa se utiliza ampliamente y cada vez está más extendido por todo el mundo. El análisis de ciclo de vida es una de las formas más fiables de saber si un producto es sostenible o no.
• Personal: Se utiliza para medir el impacto de cada uno de nosotros. Usando este enfoque podremos averiguar cómo de nocivos o amigables son nuestros hábitos diarios. Para conocerlo tendremos que tener en cuenta nuestras posesiones, cómo comemos, cómo nos movemos, cómo nos calentamos y cómo es nuestra casa, entre otras cosas.
• Eventos: Últimamente es una etiqueta que vemos mucho: “evento neutro en emisiones de carbono”. Esto quiere decir que se han medido, tenido en cuenta todas las emisiones relacionadas con la organización del evento y se han emprendido acciones compensatorias.
• Territorial: Evalúa países, áreas concretas delimitadas u otros espacios. De este modo, pueden tomarse medidas específicas por zonas que cuenten con un determinado impacto o territorios con legislaciones comunes.
• Industria: Sirve para conocer la huella de un sector productivo concreto. Así, puede conocerse qué industrias requieren más atención, inversión y toma de medidas para acercarlas a un impacto ambiental menor.

¿Cómo te ayuda PREOCA a calcular la huella de carbono?

PREOCA puede realizar el cálculo de los tres alcances de tu huella de carbono y diseñar las estrategias de mitigación en base a los resultados obtenidos. Implementando incluso un software para la gestión de emisiones, que te permite establecer un plan de reducción o plan de descarbonización.